Este es un extracto del libro "Una semana con Jesús".
“Pero estando él en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado a la mesa, vino una mujer con un vaso de alabastro de perfume de nardo puro de mucho precio; y quebrando el vaso de alabastro, se lo derramó sobre su cabeza. Y hubo algunos que se enojaron dentro de sí, y dijeron: ¿Para qué se ha hecho este desperdicio de perfume? Porque podía haberse vendido por más de trescientos denarios, y haberse dado a los pobres. Y murmuraban contra ella. Pero Jesús dijo: Dejadla, ¿por qué la molestáis? Buena obra me ha hecho. Siempre tendréis a los pobres con vosotros, y cuando queráis les podréis hacer bien; pero a mí no siempre me tendréis. Esta ha hecho lo que podía; porque se ha anticipado a ungir mi cuerpo para la sepultura. De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella” (Marcos 14:3-9).
“Pero estando él en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado a la mesa, vino una mujer con un vaso de alabastro de perfume de nardo puro de mucho precio; y quebrando el vaso de alabastro, se lo derramó sobre su cabeza. Y hubo algunos que se enojaron dentro de sí, y dijeron: ¿Para qué se ha hecho este desperdicio de perfume? Porque podía haberse vendido por más de trescientos denarios, y haberse dado a los pobres. Y murmuraban contra ella. Pero Jesús dijo: Dejadla, ¿por qué la molestáis? Buena obra me ha hecho. Siempre tendréis a los pobres con vosotros, y cuando queráis les podréis hacer bien; pero a mí no siempre me tendréis. Esta ha hecho lo que podía; porque se ha anticipado a ungir mi cuerpo para la sepultura. De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella” (Marcos 14:3-9).
Es la tercera vez que se presenta este evento, ahora en la casa de Simón, que evidentemente ya no era leproso pero el apodo le quedó. Nuevamente vemos la importancia de este evento, aquella mujer estaba dejando toda la seguridad material y arrojándose en brazos del Salvador.
Hay diferencias en los ungimientos, Marcos relata el sábado en Betania que María tomó el perfume, ungió los pies de Jesús y la casa se llenó con el aroma. Acá pone cuidado en decir que la mujer, no la identifica, quebró el vaso de alabastro. Es un detalle importante que explica Jesús: “se ha anticipado a ungir mi cuerpo para la sepultura”. Esa era la costumbre, cuando se ungía el cuerpo de la persona fallecida se usaba todo el perfume y se quebraba el frasco colocando las piezas cuidadosamente junto al cadáver. “Esta ha hecho lo que podía” dice. La mujer no tenía ninguna propiedad material de la cual disponer, no podía hacer otra cosa, no podía brindarle una gran cena o albergarle en su casa, pero tenía amor y lo derramó a los pies del maestro.
El perfume de nardo es penetrante, tiene la cualidad de calmar los nervios. Aquellas mujeres recibieron al mismo tiempo que dieron. Dieron su vida y seguridad material, recibieron paz en Cristo; perfumaron a Jesús y al salir, llevaban ese olor dondequiera que estaban ¡Y todos sabían que ese perfume también lo llevaba Jesús! Cuando te acercas a Jesús, todo tu ser se impregna de su presencia y es algo que no se puede callar, la gente lo sabe sin que se lo digas.
Es momento de hacer un alto y meditar en el Salmo 23, imagínate que estas a los pies de Cristo ungiendo sus pies, te aseguro que este momento será inolvidable:
Salmo 23
Hay diferencias en los ungimientos, Marcos relata el sábado en Betania que María tomó el perfume, ungió los pies de Jesús y la casa se llenó con el aroma. Acá pone cuidado en decir que la mujer, no la identifica, quebró el vaso de alabastro. Es un detalle importante que explica Jesús: “se ha anticipado a ungir mi cuerpo para la sepultura”. Esa era la costumbre, cuando se ungía el cuerpo de la persona fallecida se usaba todo el perfume y se quebraba el frasco colocando las piezas cuidadosamente junto al cadáver. “Esta ha hecho lo que podía” dice. La mujer no tenía ninguna propiedad material de la cual disponer, no podía hacer otra cosa, no podía brindarle una gran cena o albergarle en su casa, pero tenía amor y lo derramó a los pies del maestro.
El perfume de nardo es penetrante, tiene la cualidad de calmar los nervios. Aquellas mujeres recibieron al mismo tiempo que dieron. Dieron su vida y seguridad material, recibieron paz en Cristo; perfumaron a Jesús y al salir, llevaban ese olor dondequiera que estaban ¡Y todos sabían que ese perfume también lo llevaba Jesús! Cuando te acercas a Jesús, todo tu ser se impregna de su presencia y es algo que no se puede callar, la gente lo sabe sin que se lo digas.
Es momento de hacer un alto y meditar en el Salmo 23, imagínate que estas a los pies de Cristo ungiendo sus pies, te aseguro que este momento será inolvidable:
Salmo 23
- El Señor es mi pastor,
nada me faltará - En lugares de verdes pastos me hace descansar;
junto a aguas de reposo me conduce. - Él restaura mi alma;
me guía por senderos de justicia
por amor de su nombre. - Aunque pase por el valle de sombra de muerte,
no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo;
tu vara y tu cayado me infunden aliento. - Tú preparas mesa delante de mí en presencia de mis enemigos; has ungido mi cabeza con aceite;
mi copa está rebosando. - Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa del Señor moraré por largos días.